TDAH y el azafrán
Breve analogía entre el TDAH y el azafrán, la especia más cara del mundo.
… y la pregunta es: ¿Qué sería de la paella sin azafrán? Los que somos valencianos, bien sabemos la respuesta.
Quise ir algo más lejos que una simple respuesta, seguramente común a muchos valencianos. Y me puse a curiosear un poco, algo típico en muchas personas que tenemos TDAH, que no «cotillear».
Por nombrar alguna curiosidad. El azafrán se ha empleado desde la más remota antigüedad en perfumería, cosmética y medicina. El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad, es decir, el TDAH, aunque no con este nombre, ha existido siempre, pero fue el gran desconocido hasta no hace demasiado tiempo. Aunque existen algunos documentos gráficos y escritos que dan algunas pistas sobre su conocimiento en épocas pasadas, como muestra Crichton en 1798. Si quisiéramos ir más lejos, podríamos remontarnos a aquellos cazadores y aventureros de principio de la humanidad, seguramente encontraríamos muchas coincidencias que nos harían reflexionar.
«Como buen TDAH que soy, ya mis pensamientos se fueron a navegar, intentaré centrarme.»
Algunas de las características del azafrán, me recordaron a ciertas similitudes con el TDAH, según mis creencias, claro. Citando algunas; «por su propiedades se utiliza tanto en gastronomía, medicina y cosmética, y… qué tiene esto de similitud con el TDAH, la verdad es que nada, pero me recordó en ese momento que el tratamiento del TDAH se recomienda que sea multimodal (intervención psicológica, educativa, farmacológica), cuyo trinomio en ambos casos me hizo conectar.
Investigando un poco, como creativo que soy empecé a construir una historia; color, virtudes, cuidado, trabajo manual extenso y laborioso, precaución, no abusar… pero además de estas, leí que potencia las habilidades cognitivas y la memoria, mejora la vista en adultos, alivia el síndrome premenstrual, calma el picor, protege de los rayos del sl… y es eficaz para tratar la depresión leve.
Y dije: ¡»VAYA»!
Sin ir más allá, me llevé una grata alegría al leer ese poco sobre el azafrán, sus propiedades, cultivo, color… y mis pensamientos que no cesan nunca, enseguida encontró conexión -también me suele pasar-.
Este es el resultado, sin más rodeos:
«Lo más bonito de la vida, es que todas las personas pensamos de forma diferente. Es como las diversas tonalidades del azafrán, desde amarillo hasta rojo, pasando por el naranja. Por cierto, es el color que identifica al TDAH. Como ocurre con las personas con TDAH, con sus mil virtudes y el hecho de que su cultivo, recolección y tratamiento suponen un trabajo manual que no tiene precio, convierten el azafrán en la especia más cotizada del mercado.»
Espero que esta pequeña pero significativa analogía, explique un poco más nuestra vida como TDAH y como neurodivergente. Forma parte de mi personalidad, el azafrán…. ¡NO! buscar estas analogías constantemente.
Gracias por haber pasado un rato conmigo.
Fuente: «Qué es y para qué se utiliza el azafrán, la especia más cara del mundo.»